Mi relato trata sobre el gran recibimiento de Imad y su generosa familia.
El domingo fuimos a la playa del pueblo pesquero de Mulay Bousslham a unos 40 minutos de Larache. A dicha playa fuimos todo el grupo del Punta del Verde junto con Omar, el profesor Saib Yebari y el resto de profesores del instituto de Larache y muchos amigos de Larache tanto estudiantes como no estudiantes del centro, el autobús iba completo incluso el pasillo del mismo estaba lleno, vamos no entraba ni un solo alfiler más.
Una vez en la playa paseábamos y hablábamos todos los chico/as. Imad se acerco amablemente, se presentó y comenzamos a hablar sobre Marruecos y España, él preguntaba sobre nuestras costumbres y yo a la vez también estaba interesado en saber las costumbres de vida de una familia marroquí, así intercambiábamos opiniones (así comenzó nuestra amistad) y surgió la idea de visitar la familia de Imad, a mí la idea me gustó y fui a pedir permiso a los responsables del encuentro (Adolfo, Cesar, Jesús, Rafael y Said), ellos me animaron a realizar la visita.
De vuelta en Larache, caminamos hasta su casa, allí nos esperaba su madre y sus dos hermanas, yo hablaba con sus hermanas por mediación de Imad, que iba traduciendo sobre sus estudios y gustos. Se presentó su madre en la sala con una tetera y unas bandejas con dulces, mientras conversábamos estuvimos merendando los cinco pues su padre no se encontraba en casa, la hospitalidad de la familia de Imad me resultó muy grata.
Salimos del hogar de Imad de vuelta al hotel pues al día siguiente salíamos camino de Meknes y debía descansar. Le agradecí a Imad la hospitalidad y calor del recibimiento en su casa y le dije que se lo transmitiera a su familia. En el hotel conté a todos la bonita experiencia en el hogar de Imad.
Una vez en Meknes, recibí una sorprendente llamada de Imad y volvió a invitarme a su casa, el viernes "su día festivo", tras el recibimiento del domingo acepté gratamente e incluso Imad me propuso que invitara a otros compañeros y se lo dije a Ferrari y Enrique, que tras escucharme el día anterior, aceptaron rápidamente.
Tras las visitas a las ciudades imperiales de Meknes y Fes, volvimos a Larache el viernes. De nuevo el pueblo de Larache se volcó con nuestra vuelta y por supuesto allí estaba para recibirnos cordialmente.
Después del aseo caminamos a su casa Ferrari, Enrique, Imad y yo, en su casa esta vez si estaba la familia de Imad al completo, su padre, su madre y sus hermanas nos recibieron en su gran salón, nos sentamos e Imad llegó vestido con la típica chilaba marroquí además de una Taarija (instrumento de percusión parecido al Tam- tam) y un Bendair (instrumento similar a nuestra pandereta).
Debido a nuestro interés por su traje e instrumentos, trajo Imad chilabas para poder probárnoslas (imagen superior) y dejo a Ferrari practicar con los instrumentos musicales. Estando en su casa los cuatro dialogando alegremente se presentó en el salón su madre con una gran fuente de barro repleta de cous-cous (yo jamás lo había probado y me gustó su sabor, ya antes las hermanas de Imad me habían comentado que su madre era una gran cocinera y doy fe de ello), también colocó allí una bandeja con cacahuetes asados, aun estaban calientes y por supuesto una gran tetera con un aromático té.
Mientras almorzábamos Enrique se interesó por la chilaba, Ferrari mostró interés por los instrumentos musicales y yo por su cocina y su té, que incluso me enseñaron a servir un buen té. Ya llegó la hora de salir hacía el hotel pues teníamos la fiesta de despedida en el instituto de Larache donde estudiaban nuestros amigos.
Nos despedimos de la familia de Imad agradeciendo su hospitalidad y ellos, una vez mas, respondiendo que volveríamos a estar invitados en la próxima visita a Larache, y como ultimo gesto de agradecimiento el padre de Imad nos regaló Almizcle (sustancia aromática usada como perfume) esto fue la guinda a la visita a la casa de la familia marroquí, nosotros se lo agradecimos respondiendo "chocra", ellos sonrieron.
De camino al hotel comentábamos los gestos hospitalarios de esta familia y una vez en el hotel todos los chicos intercambiábamos opiniones y todos quedamos impregnados de alegría por la hospitalidad del pueblo de Larache.
Señores de todo corazón os doy las gracias y no se me olvidará en la vida este III ENCUENTRO CON EL PUEBLO Y LOS AMIGOS DE LARACHE.
Aquí mi pequeño tributo al señor que nos informó y ayudó a lo largo de tan bonito encuentro por tierras del reino de Marruecos. El señor Said Yebari.