Cuando llegamos y conocimos a la gente de Marruecos eran unas personas maravillosas, no te conocían pero te hacían sentir su cariño desde el primer instante en que empezaron a hablar con nosotros. Las niñas eran muy lindas y amables y los niños también, te ayudaban a cosas que no entendías, nunca te dejaban sola, siempre intentaban sacarte una sonrisa.

Todo era muy diferente: la gente, las comida, las bebidas, la vestimenta... etc . El desayuno era maravilloso, lo tomábamos en un restaurante que me encantó, era muy elegante e intentaban entenderte a pesar del idioma, había de toda clase de comida y de bebida y con los nombres en árabe. Me encantó todo lo que había en el restaurante.

 

Nos quedábamos siempre en el mismo hotel en Larache y al lado estaba el bar “TUTIFRUTTI”, en el que encontramos gente de Sevilla. Una mañana me pedí el desayuno y estaba demasiado rico. Lo que pedí al siguiente día era tostada con chopper y con huevo, no sé cómo explicarlo pero estaba demasiado bueno. De ahí íbamos a ir a muchos lugares que no me acuerdo como se llaman solo sé que siempre me voy a acordar de los lugares a los que hemos ido.

Ha sido fantástico pasear por esas calles. La gente se te acercaba y te decían que de dónde éramos y haciéndose tus amigos conocer sus costumbre sus gente la comida por ejemplo el “cuscús” “kebab” y los dulces y una cosa más cada vez que salíamos a los sitios estábamos en el autobús y siempre los niños(as) cantando riendo y así íbamos viajando con mucha alegría todos los días y saber que en esta vida hay gente muy buena como las personas que hemos conocido.

 

Si me volvieran a decir de ir de nuevo por supuesto que sí, ni siquiera me lo pensaría. He hecho muy buenos amigos con toda la gente. Los profesores marroquíes siempre estaban contigo, preguntándote si estás bien, si necesitamos ayuda que le digamos a ellos. Son unas bellísimas persona. En el viaje ha habido risas, llantos y mucha aventura. Llantos porque el último día a las 9 de la mañana estábamos todos en el bar y teníamos que despedirnos de todos. Las niñas llorando, diciéndonos que nos querían y que volvamos otra vez.

Ese día fue uno de los que no me gusta mucho recordar porque daría todo por haberme podido quedar más tiempo y poder conocer muchos más lugares. Ha sido un viaje fantástico, conocer Marruecos y Larache y poder convivir con todos. Gracias a mis profesores y profesores marroquíes que nos habéis hecho pasar la mejor experiencia de mi vida.