MI VIAJE A MARRUECOS VIERNES
Comienza la aventura que tanto llevaba esperando desde hacía meses. Cuando me bajé del barco solo sentía nervios y sobre todo miedo porque no sabía lo que me iba a encontrar ni cómo lo iba a pasar. Pero cuando los jóvenes marroquíes nos estaban esperando descubrí algo que nunca me había imaginado, pues tanto su saludo como sus ganas de conocernos fueron impresionantes. Nos cogieron de las manos y nos abrazaron con fuerza y empezamos a conocerlos a todos abiertamente, y de repente parte de mi miedo empezó a desaparecer pues al abrirme ellos su corazón sentí que de repente el mío también se abrió.
Llegamos en autobús a Tánger y fue entrar en otro mundo que no era el nuestro, todo lo que había a nuestro alrededor era completamente diferente a lo que yo conocía hasta ahora en mi vida. Allí toda la gente o por lo menos la mayoría era muy amable, abierta y a la vez misteriosa. Una vez terminada nuestra visita y en el autobús nuestro amigos y amigas marroquíes nos enseñaban a bailar la danza típica de allí, la cual nos transmitía hermosura, belleza y ambiente de Marruecos, y en ese momento fue cuando me di cuenta que estábamos en Marruecos de verdad. Luego nos trasladamos a Larache donde dormí esperando ansiosamente el día siguiente.